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miércoles, 24 de febrero de 2010

Velez ganó en Venezuela


Vélez es, a esta altura de la temporada, el orgullo del fútbol argentino, se luce en todos los frentes. El equipo conducido por Ricardo Gareca es sólido financieramente, pisa con firmeza en el terreno vernáculo (es puntero del Clausura, junto con Colón, con 3 éxitos y 2 empates) y también va dejando su sello en el Grupo 7 de la Copa Libertadores. El club de Liniers había batido por 2 a 0 a Cruzeiro en la presentación en su zona, y anoche, en la capital venezolana, tampoco tuvo mayores inconvenientes para derrotar por 1 a 0 a Deportivo Italia, una institución con solamente 61 años de vida.

Orden defensivo, equilibrio en el medio campo y poder ofensivo son virtudes que Vélez exhibe partido tras partido. En esta oportunidad, en el ámbito internacional, para redondear una noche ideal, sólo le faltó más precisión en los últimos metros. Pero le alcanzó para sonreír. Sin dudas, Vélez es observado con sumo respeto en el continente. Eso quedó en evidencia desde el primer momento del encuentro. Porque el conjunto venezolano, pese a ser local, lejos estuvo de presionar a los argentinos. Le cedió la pelota al equipo de Liniers, que controló la pelota en el medio campo.

En un despoblado estadio Olímpico, Vélez hizo casi todo para irse al descanso ganando, pero careció de puntería. Primero fue el uruguayo Santiago Silva, a los 26 minutos, quien cabeceó un córner ejecutado por Maxi Moralez, pero el tiro fue atrapado por José Fernández. Y después, a los 32, fue Cabrera quien desvió –increíblemente, cara a cara con el arquero– un remate por encima del travesaño visitante.

También sufrió Vélez, aunque con cuentagotas. Germán Montoya debió esforzarse para enviar al córner un fortísimo cabezazo del zaguero Maidana.

Pero nada se alteró en la segunda mitad. Vélez, buscando el triunfo. Deportivo Italia (Eduardo Saragó, su conductor, tiene sólo 28 años), haciendo lo que el conjunto de Liniers le permitía.

Vélez fue paciente. Pero rápidamente, a los 8 minutos, obtuvo su premio. Porque luego de un córner de Cabrera que cayó, pesado, en el área chica venezolana, el otro uruguayo del ataque, Ro-ro López, venció la resistencia local con un puntazo de derecha, en medio de decenas de piernas ávidas por despejar.

Antes y después del gol, Vélez manejó el juego. Aunque una pizca de emotividad se observó en los últimos 15 minutos, cuando Deportivo Italia buscó la igualdad, aunque mayormente con centros frontales y sin peligro para Montoya. Gareca reemplazó a Silva por el hábil Burrito Martínez, con el objetivo de obtener pimienta y desbordes en el ataque. Alejandro Cabral, debajo del arco, pudo ampliar la ventaja, pero falló. De todos modos, con la sapiencia y la ubicación del capitán, Leandro Somoza, Vélez no sufrió contratiempos.

En Liniers se sueña con ganar la segunda Copa Libertadores de su historia (la primera, en 1994). Es el objetivo. Por ahora, los pasos son firmes e ilusionan.

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