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lunes, 22 de febrero de 2010

Los argentinos en Vancouver


Vancouver, 21 feb (dpa) - Los sueños olímpicos argentinos no pasan por Vancouver 2010, donde sus entusiastas deportistas están ocupando las últimas posiciones, sino por imitar a Brasil, el gran vecino que se escapa en el camino de grandeza que encaró hace tiempo.

No hubo actuaciones argentinas destacables hasta ahora en Vancouver 2010. Carlos Lannes, que al menos pudo quedar por delante de 13 rivales para ocupar el puesto 82 en los 15 kilómetros de esquí de fondo, lo explica con absoluta precisión.

"¿Cuántos atletas vinimos a competir? Ninguno, venimos a participar", dijo el esquiador de 30 años, que vive hace tiempo en Jaca, un pueblo español en los Pirineos en el que trabaja como guardia civil, la policía militarizada local.

El "luger" Rubén González, de 47 años, disputó los últimos y cuartos Juegos de su vida quedando último entre 38 participantes y a 15,2 segundos del campeón olímpico.

Tampoco brillaron hasta el momento los hermanos Simari Birkner, tres de los siete integrantes de la delegación argentina, muy lejos de los 20 que viajaron a Albertville 92.

Cristian Simari Birkner fue 55 en el descenso, a 7,36 segundos del suizo Didier Defago, y no disputó el viernes el supergigante.

Macarena Simari Birkner fue 26 de 28 en la supercombinada, a 7,23 segundos de la austríaca Maria Riesch, y María Belén no pudo terminar el slalom en esa prueba.

En el descenso, Macarena fue 31 y María Belén 29, en tanto que en sl supergigante Maria Belén fue 31 y su hermana menor, 32. En el descenso de Turín 2006 María Belén había sido 47.

"No hay recursos en Argentina para el esquí alpino", explica a dpa Cristian Simari. "La federación no supera los 100.000 euros (unos 130.000 dólares) de presupuesto, y la federación más chiquita de las que están corriendo al nivel que estoy con mis hermanas cuenta con cinco millones de dólares. No se puede comparar".

En la nieve, está claro, no hay éxitos. ¿Puede haberlos fuera de ella? ¿Tiene sentido la idea lanzada por María Belén Simari Birkner de pensar en unos Juegos Olímpicos de invierno en Ushuaia?

"Lo veo difícil", dijo Christian Simari. "En Argentina, para mí, hoy por hoy no hay posibilidades de que se organice algo tan grande, está todo desordenado".

Lannes piensa diferente. "En Ushuaia seguramente se puede montar lo que hay en Vancouver, y ahí hay algo que no tiene Vancouver: la nieve nunca falta".

"Que al COI le interese ir al hemisferio sur. No existimos", agregó.

Pero el COI ya sabe de la existencia del hemisferio sur. Le dio, de hecho, los Juegos de verano de 2016 a Río de Janeiro, y hace dos semanas decidió que su asamblea general de 2013 se celebre en Buenos Aires.

Y aunque el presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Gerardo Werthein, mencionó a Buenos Aires y Mar del Plata como las dos ciudades con potencial para ser sede olímpica, otros no piensan igual.

"Sólo Buenos Aires tiene peso. Hay que olvidarse de Mar del Plata, Ushuaia, Las Leñas o Bariloche. El COI no quiere Juegos que dejen elefantes blancos", destacá José Luis Marcó, "número tres" del COA y profundo conocedor del esquí.

Así, el futuro de Argentina pasa por el nuevo impuesto a las llamadas de teléfonos móviles, que recaudara unos 250 millones de pesos (unos 65 millones de dólares) y una alianza fluida con Brasil.

"Es una gran oportunidad para la Argentina tener los Juegos al lado. Estas cosas sólo producen contagios buenos", dijo Werthein. "Lo vivo como una gran oportunidad".

Cristian Simari, que elogia la nueva política del COA con Werthein al frente, tiene claras las distancias que separan hoy por hoy a la Argentina de Brasil.

"Brasil está andando mucho mejor políticamente, económicamente, no se puede ni comparar con Argentina. Tenemos un país increíble, pero la organización, la economía y el gobierno..."

"Brasil hizo todas las cosas bien últimamente, se ganaron la Copa América, los Mundiales de fútbol, los Juegos, es una potencia mundial, entre los mejores países del momento, exportaciones, petróleo... Lamentablemente Argentina no se puede comparar".

El esquiador apuesta a un "cambio interno" para que "el país funcione", y prefiere bajarse del "caballo" de los Juegos: "Hacer unos Juegos para hacer un papelón no tiene sentido".

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